Se mandó a investigar a los primos Luna, a quienes el defensor Cesar Sivo culpó del hecho en todo momento. Además, se ordenó el procesamiento de la Fiscal que llevó la causa, de dos testigos, y del entonces jefe de policía Gustavo Salvá
En medio de estrictas medidas de seguridad -que afortunadamente resultaron innecesarias-, el Tribunal Oral 3 liberó ayer a Matías Rubén Arcidiácono, de 20 años, acusado del crimen del taxista Luis Eduardo Severián, de 44, asesinado de dos tiros en la cabeza durante un asalto ocurrido a comienzos de noviembre de 2008 en el barrio José Hernández. El jóven resultó absuelto de culpa y cargo en la causa que se le siguió por “Homiocidio en ocasión de robo, tenencia ilegal de arma, y encubrimiento”.
En la sentencia, en fallo unánime, se ordenó además reabrir la investigación con relación a la responsabilidad de los primos Milton Danilo Luna (ex agente penitenciario que hizo abandono de servicio después del hecho), y César Alcides Luna, a quienes la defensa apuntó en todo momento como los reales autores del sangriento episodio.
También se dispuso el procesamiento de la fiscal que investigó el caso, María Daniela Ledesma por “Mal desempeño en sus funciones”, del jefe de policía Gustavo Daniel Salvá por “Incumplimiento de los deberes de funcionario público”, y de dos testigos por “Falso testimonio”. Las denuncias serán giradas en las próximas horas a la Procuración General de la Corte, dadas las falencias que padeció en el expediente el Ministerio Público local.
El fallo lo dictaron los jueces Eduardo Oscar Alemano, Hugo Trogu y Juan Manuel Sueyro -votaron en ese orden--, estando a cargo de la lectura la secretaria Ana sabina Vázquez Vismara. Previniendo algún tipo de incidente, se reforzó la custodia de Tribunales con la presencia de más de 40 efectivos, entre la comisaría segunda, la décima y la Guardia de Infantería. Por suerte la audiencia se desarrolló con total normalidad y no se produjo ningún tipo de conflicto.
Es más, conocida la sentencia, la propia esposa de la víctima, Patricia Cabañas, se acercó al defensor Sivo para pedirle que aporte todo los elementos que pueda en la reapertura de la investigación, a efectos de que la muerte de su marido “no quede impune”. También los dirigentes Darío López y Raúl Vicente del gremio de taxistas reclamaron justicia. “Estamos solos, más indefensos que nunca” comentaron.
LE PIDIERON 22 AÑOS
Al formular su acusación, el jueves de la semana pasada, la fiscal Andrea Gómez, fundándose en los elementos aportados por la policía, el secuestro del arma utilizada para dar muerte a Severián, y la declaración de los testigos, consideró a Arcidiácono culpable de los cargos que se le atribuían y le pidió 22 años de prisión. En su exposición lo señaló como responsable de “Homicidio en ocasión de robo, tenencia ilegal de arma, y encubrimiento”.
Para contestar la requisitoria el doctor César Raúl Sivo, que asumió la defensa junto a su colega la doctora Romina Merino, en todo momento sostuvo la inocencia de su cliente. Desde el minuto cero responsabilizó a los Luna (hoy radicados en Entre Ríos), y acusó a la Fiscalía de haber “inventado” testigos y a la policía de “plantar” prueba. A lo largo del debate, que se extendió por más de un mes –comenzó el 20 de abril--, la defensa cuestionó la manera en que se llevó a cabo la investigación, a cargo de la fiscal Ledesma, y planteó permanentemente la nulidad de las actas de procedimiento.
Recordamos que como juez de Garantías intervino el doctor Gabriel Adrián Bombini, quien puso a Arcidiácono bajo prisión preventivo, ordenó su encierro en la cárcel de Batán, y elevó las actuaciones a juicio.
LO DECLARAN INOCENTE
Al dictar la sentencia, en el primer punto, los doctores Alemano, Trogu y Sueyro dieron por probado el cuerpo del delito. Consideraron acreditado que el primero de noviembre de 2008, alrededor de las 6 de la mañana, al menos dos sujetos asaltaron en Magallanes entre 216 y 218 a Luis Severián desapoderándolo del dinero mediante escenas de violencia, al extremo de golpearlo salvajemente y asesinarlo de dos tiros en la cabeza. En ese momento la víctima conducía el coche licencia 1760 perteneciente a la empresa Servitaxi.
También hicieron mención a que ese mismo día, en la vivienda de Arcidiácono ubicada a la vuelta del lugar del hecho, en 216 al 600, la policía secuestró tres armas de fuego: un revólver Rubí 32 largo (utilizado para dar muerte al taxista), un Doberman calibre 22, y una pistola 22 que tenía pedido de secuestro de la comisaría cuarta por haber sido robada el 18 de agosto de 2005 a Pablo González. A este allanamiento no se le dio mucha validez por irregularidades de procedimiento, por haberse efectuado sin orden judicial.
Con relación a la muerte de Severián, ocurrida aquel primero de noviembre alrededor de las 11 cuando iba a ser derivado del Hospital Interzonal al Hospital de la Comunidad, los magistrados tomaron en cuenta los dichos de los primeros policías que llegaron a la escena del crimen, Fernando Santandreu, Mónica Spagnolo, y Pablo González, y del forense Miguel Martín que practicó la autopsia informando que el deceso se produjo por dos balazos en el cráneo.
En cuanto a la situación de los Luna, que inmediatamente después del crimen dejaron la ciudad, los jueces dieron plena validez a los dichos de sus ex parejas Dafne Poti (ex mujer de Milton), y Verónica Avila (ex concubina de César) que manifestaron que fueron ellos quienes asesinaron a Severián, y en todo momento los ubicaron en el lugar del suceso.
Recordamos que César Luna fue traído al debate en carácter de testigo de procedimiento, y en sus dichos aseguró que es inocente, refutó las acusaciones que les hacían a él y a su primo sus ex parejas, argumentando que provenían de mujeres despechadas porque las habían dejado. Evidentemente el Tribunal no le creyó y lo mandó investigar, junto a su primo y los dos testigos que declararon en su favor.
Matías “Coco” Arcidiácpono fue declarado inocente y recuperó la libertad. Sus abogados, seguramente,
Por último cabe mencionar que los restos de Severián, padre de cuatro hijos, hincha de River y fanático de Chevrolet, fueron velados en la cochería Avenida, de Libertad al 5000, hasta donde llegó el mismísimo intendente Gustavo Pulti, para dar sus condolencias a la familia. En medio del dolor y la necesidad de mayor seguridad, los taxistas realizaron aquel día un cese de actividades. Fue inhumado en el cementerio Colinas de Paz en medio de repetidas escenas de profunda congoja. Lo acompañaron miles de compañeros que volvieron a reclamar justicia.
Por Luis María Muñoz
lmunoz@diarioelatlantico.com
